Domingo 10 de abril de 2011

No América, una vez más no…el territorio rojiblanco es sagrado y no tienes los tamaños para profanarlo. El Rebaño y su juventud, el Rebaño con su deseo, y con Marco Fabián en plan señorial te lo impiden. La sangre caliente del Clásico la ponen los tapatíos en la disputa del esférico. Más perfecto no puede ser Chivas, ganar, gustar y golear al acérrimo rival es el decimo mandamiento en tu decálogo y lo has logrado.


De manera inobjetable, con autoridad, entrega y sobre todo buen futbol has dado una lección a la usual soberbia americanista, que en esta ocasión no pudo meter las manos para defender a un Guillermo Ochoa que se fue acribillado por el arsenal tapatío con tres goles en su cabaña, la cátedra inició desde la zona defensiva encabezada por Luis Ernesto Michel y Héctor Reynoso que embonaron a la perfección con la concentración de Mario de Luna y el temple de Omar Esparza, quien a pesar de verse disminuido con su nariz lastimada no fue motivo para dejarlo fuera de la batalla.


La anotación del “niño terrible” del área en que se ha convertido Erick Torres arrancó con la fiesta y destapó la alegría de los 45 mil 650 aficionados que colmaron las tribunas del Estadio Omnilife, para posteriormente el hombre rojiblanco de la campaña anterior, Marco Jhonfai Fabián surgió desde la banca para regresar por sus fueros y de la manera más contundente con dos goles, uno de ellos que guardará en la memoria del Clásico Nacional por la buena manufactura del mismo que encaminó a la victoria al Rebaño Sagrado.


Con la afición entregada por completo, cada jugada del cuadro dirigido por José Luis Real era merecedora del ondeo de las playeras blancas del Clásico por la Paz, y al América simplemente le tocó hundirse en la frustración de la amarga derrota en su primera visita al Estadio Omnilife, el colofón cortesía del público rojiblanco era entonar en un coro perfecto el mexicanísimo Cielito Lindo, canción celestial para los oídos tapatíos en ese momento.


El triunfo Chiva merece festejo, la entrada del Mariachi para entonar “Guadalajara” y “El Rey” de José Alfredo, la noche se asoma en el Omnilife, si Rebaño, festeja y canta que has dado nuevos bríos al Torneo Clausura y además has cumplido con autoridad uno de tus mandamientos en el decálogo rojiblanco, ese que dicta, tratarás siempre y bajo cualquier circunstancia vencer al América.