1 Que Viva el Clásico Nacional Lun Abr 11, 2011 2:55 pm
☆ELY CARTER☆
Leyenda
Domingo 10 de abril de 2011
El Clásico Nacional nace con la grandeza de los equipos que lo protagonizan, por eso desde muy temprano el Estadio Omnilife, la casa del Rebaño se envuelve en ese entorno especial que sólo es capaz de otorgar el partido de partidos en el futbol mexicano, ese ambiente ante el que cualquiera se rinde, sea o no seguidor del balompié.
Jalisco, Michoacán, Guerrero, Chihuahua, Hidalgo, Puebla, Nuevo León e incluso diversos puntos de la Unión Americana están reunidos para presenciar el encuentro que levanta más pasión en México que ningún otro, en el Chivas-América de este domingo en el Omnilife no cabe la desigualdad, todo el mundo es bienvenido, la belleza de las mujeres, la alegría de los niños que se toman la tradicional fotografía con los rojiblancos.
Quien diga que el Omnilife carece de Folklore que se de una vuelta por la autentica kermesse que forma la nieve de garrafa, el tejuino, las manzanas de caramelo, los tacos de bistec, el pastor, propios de la idiosincrasia mexicana, los juegos en la cancha sintética que colocan los patrocinadores rojiblancos hace más llevadero el tiempo.
El Clásico Nacional es pasión, el Mariachi que no deja de tocar a la espera del gran partido, hasta las cómodas butacas rojas se visten de gala, pues con la leyenda Hagamos un Clásico por la Paz forman un llamativo marco en rojo y blanco para recibir a sus invitados. El Estadio Omnilife vive una fiesta absoluta.
Caras pintadas en apoyo a cada uno de sus colores, los sombreros que no dejan de sonreír, los vendedores que de manera discreta pretenden sacar partido como nunca antes, los medios de comunicación aprovechan para realizar su Color ante la algarabía de la afición hambrienta de presenciar un señor espectáculo.
Las playeras de las leyendas de ambos equipos están presentes también, desde la del guerrero “Tigre” Sepúlveda, hasta la del temerario y americanista recalcitrante Carlos Reinoso, el mismo timonel “milloneta” que pretendió encender la mecha de un partido que arranca por si mismo.
Miel de paz esta lista para escurrir sobre el césped del Estadio Omnilife, las porristas hacen sus acrobacias en el aire mientras la afición impaciente espera la salida de Chivas y Águilas, un pequeño ejercito infantil de camisas blancas nos recuerda que el único nongrato en esta celebración es la violencia, con un marco esplendoroso como el de este domingo en el Estadio Omnilife, solo basta decir que viva por siempre, que viva por siempre el futbol.