Guadalajara, Jalisco— Alejado por completo del mundo de las Chivas, Omar Bravo se dio gusto de compartir el fin de semana con la gente de su tierra, de regalar firmas, juguetes y dulces a niños de escasos recursos y de paso, de cerrar en definitiva el capítulo de su vida con el Rebaño.

“En Chivas cerré un ciclo; ya está, la vida sigue; hice lo que tenía que hacer, no me guardé nada y hasta ahí quedó”, aclaró el delantero, quien terminó su compromiso laboral con el Rebaño el 15 de diciembre.

Antes de terminar el torneo Jorge Vergara tuvo duras declaraciones para el atacante, asegurando que en el pasado se había vendido, por lo que ahora no lo iban a rescatar más, confirmando ahí el término de la relación entre el jugador y el Guadalajara.

“A Chivas le sigo teniendo el mismo amor que cuando inicié; soy un agradecido y ellos también; todo terminó muy bien: Jorge, Angélica; el agradecimiento es grande, como ellos ya lo saben personalmente, entonces no pasa nada”, explicó Bravo, en declaraciones al portal Línea Directa de Sinaloa.

El delantero se presentará el día 21 de enero con su nuevo equipo, el Kansas City Sporting de la MLS.

“Es un nuevo proyecto de vida en mi carrera, tengo 30 años y me siento pleno todavía, con mucho que dar. Me voy a los Estados Unidos a un grupo que me invita a integrarme para lo que ellos quieren, ser un equipo protagonista y voy con la firme idea también de hacerlo y de buscar ganar todo”, agregó.

El sinaloense dejó en claro que no extrañará el estilo de vida tapatío que logró con el Rebaño Sagrado.

“Después de vivir lo que viví en Coruña, la verdad he perdido la capacidad de asombro”, aclaró en una de sus frases recurrentes; “no me mueve algo que diga ‘no me voy, o voy a extrañar tal cosa’, la verdad México es muy lindo, pero por conveniencia, por situaciones personales, por proyectos profesionales he tomado esta decisión, por supuesto que tenía la posibilidad de jugar en México, no lo he decidido así en este momento, pero luego veremos si hay la posibilidad de volver o no”.

Bravo pasó un día casi completo en un centro de espectáculos de Los Mochis, en donde convivió con 400 niños de colonias populares y de pobreza extrema.

“Estoy muy agradecido con Dios porque me ha dado mucho, y es un poquito de lo que yo le puedo regresar a la gente que no tiene los recursos o la solvencia como para poder estar en un lugar como este, comprarse un juguete, poder tener una buena comida”, afirmó.