Sabado 16 de abril de 2011

De manera extraña el sol tapatío se había ocultado para dar paso a una ligera llovizna, pero esto no impidió que la afición al Rebaño siguiera con el buen contagio de la racha rojiblanca que llegaba a cuatro juegos consecutivos con el dulce sabor de la victoria y que este sábado tenía en Santos Laguna a un fuerte sinodal.


Aún cuando el partido ya se había puesto en marcha, la gente yacía sobre los pasillos del Estadio Omnilife, la casa rojiblanca que poco a poco va tomando ese calor de hogar que merece el templo rojiblanco y la audiencia de nuevo prometía una de las mejores audiencias como ha sido la característica de las últimas semanas de ascenso del Rebaño.


La misión en esta ocasión no lucía nada sencilla, pues el conjunto lagunero era un cuadro de buenos y probados elementos en el Futbol Mexicano, en los primeros minutos la coordinada defensa de Chivas se topó con la exigencia impuesta por los Daniel Ludueña, Rodrigo Ruiz y Darwin Quintero pero Luis Michel y compañía atentos en todo momento conjuraban el peligro.


La ofensiva de Chivas también había amenazado la cabaña defendida en esta ocasión por Miguel Becerra, arquero por cierto de hechura rojiblanca encargado de suplir la ausencia de Oswaldo Sánchez. En la tribuna la parcialidad rojiblanca estaba haciendo su partido presionando, esperando la explosión de gol, sea por medio de la contundencia de Erick Torres, la inspiración de Marco Fabián o la fuerza completa de un equipo que aparecía por demás motivado.


El Omnilife era un escenario digno para ser testigo de la paridad de fuerzas que protagonizaban los dos equipos, la ligera lluvia hacía acto de presencia la espera de la explosión parecía reducirse mientras el Chivas Chivas ahogaba…después un penal que en su primera ejecución fue un gol del capitán Reynoso, pero que Delgadillo se encargó de repetir en dos ocasiones siguientes que no encontraron el final feliz del principio, una porque Becerra lo impidió y la otra porque simplemente el poste le dijo que no al capitán Reynoso, quien como buen líder del Rebaño tuvo los arrestos para pararse tres veces frente al manchón penal.


Con el partido agonizante, llegó el balde de agua fría para el Estadio Omnilife, cuando Felipe Baloy dejó la vida en un derechazo que batió la portería de Luis Ernesto Michel para terminar de esta forma la racha de cuatro partidos consecutivos con victoria, por esta ocasión Santos la victoria quiso dibujarte la sonrisa en el rostro y te hizo hurtar todo el botín del Omnilife, Chivas como ya lo has hecho antes levanta la cabeza y demuestra que esta simplemente fue una de esas noches magras que también ofrece el futbol.