Domingo 13 de marzo de 2011

De la euforia al lamento, de la satisfacción a la incredulidad, de ser el héroe a convertirse en villano, todo ello en menos de un minuto y dentro de un marco tan significativo como el clásico más antiguo del futbol mexicano, el Clásico Tapatío; todo eso tuvo el delantero rojiblanco Erick Torres en su debut en un partido de esta naturaleza dentro de la Primera División.

Corría el minuto 12 del partido, Chivas ya había dado avisos de la peligrosidad que tenía reservada para este encuentro y la constante presencia de Erick "Cubo" Torres inquietaba a la zaga rojinegra, pero en la acción que Omar Arellano generó desde el costado izquierdo, a la cual el novel artillero llegó justo para de derecha marcar el tanto que inauguraba el marcador, presagiaba una noche dedicada sólo al Rebaño.

Erick Torres había marcado su primer tanto en un Clásico Tapatío con el primer equipo, levantó los brazos y corrió al tiro de esquina, donde pidió un momento a sus compañeros para hacer el "robot" en solitario y después, fundirse en abrazos ante la euforia que en las tribunas estallaba de forma significativa, con una abrumadora mayoría rojiblanca.

Vendría el cierre del festejo, Erick Torres levantó sus manos y con la característica señal de la porra La Irreverente, juntando sus manos y haciendo un par de "R" encontradas entre sí, el "Cubo" complementaba su felicidad con el grupo de animación que le ha profesado un profundo apoyo desde antes de su llegada al primer equipo.

Pero lo peor vendría al instante. El asistente Uno José Luis Camargo apreció otra cosa, informó al central Ricardo Arellano Nieves, y cuando ya estaba a punto de reanudarse el encuentro, el silbante mostró la roja al canterano de Chivas, argumentando un aparente insulto reportado por su compañero en la terna arbitral.

La celebración pasó rápidamente a confusión, y mientras la porra rojiblanca gritaba al unísono "oe oe oe oeeeeee cuboooo... cubooooo", el atacante del Guadalajara caminó hacia los vestidores con la impotencia plasmada en su rostro e incrédulo de que tras el gol que le daba el momentáneo triunfo a Chivas, la expulsión mermaba sus ilusiones.

"Lo disfruté, los minutos que estuve en el campo lo disfruté mucho", describió ya en la Zona Mixta del Jalisco al término del encuentro, "la adrenalina que se siente, fueron a lo mejor 15 minutos, los mejores de este torneo, el meterle gol al Atlas lo soñé, lo visualizaba y es algo con lo que me quedo, igual y fue poquito porque después vino la expulsión, pero se sintió muy bonito y que nunca en la vida voy a olvidar".

"No sé que ponga el árbitro en la cédula; hago una seña con mis dos manos, festejando con mi porra la Irreverente, creo que por ahí (el árbitro) ha de haber visto algo mal, no me dirijo con la porra (de Atlas), festejo con mis compañeros", continuó Torres con la narración del hecho, "me siento tranquilo porque lo dejo en las manos de la gente de arriba, sé que se va a hacer justicia, que van a ver el video y van a ver cosas y me siento tranquilo porque sé que no hice nada, ni agredí ni ofendí a nadie".

"Me sirve mucho, a lo mejor puede que no tenga consecuencias o tal vez sí, pero me sirve para analizar y para pensar y no cometer algunos errores más adelante. Creo que por ahí sé que es Camargo el que le comunica por el micrófono, pero te digo, ha de haber visto algo, no sé... ", finalizó con el semblante aún con muestras de incredulidad, ya que en su debut en el Clásico Tapatío, el "Cubo" Torres, tuvo una noche de contrastes.