Miercoles 3 de agosto de 2011

Miami, Florida.- Que se escuche en todo el mundo y que la noticia corra por doquier. Guadalajara venció, y de forma contundente al mejor equipo del mundo.

La noche del miércoles 3 de agosto será recordada, no como el día que una tromba repentina azotó los alrededores de Miami y amenazó con estropear un espectáculo futbolístico programado para realizarse en el Sun Life Stadium, sino como la noche en que un puñado de canteranos rojiblancos demostraron y vencieron con argumentos futbolísticos al mejor equipo del mundo. Al Barcelona de España.

Porque si en los pronósticos las esperanzas depositadas en que Chivas pudiera vencer al Barza eran una entre un millón, en la cancha eso no cuenta, ya que once contra once, con el carácter y determinación del cuadro tapatío, Guadalajara le brindó un contundente 4-1 al conjunto catalán, dentro de su último compromiso del World Football Challenge 2011, en el Estadio Sun Life de Miami.

La intensidad con la que se jugaría este partido, la cual se anticipó desde días atrás, no defraudó, porque cuando aparecían los primeros minutos del compromiso Chivas fue quien primero tocó la puerta, pues apenas al minuto de juego Omar Arellano desbordó por izquierda e ingresó al área para vencer al portero José Pinto, pero justo en la línea Eric Abidal salvó a su equipo.

Dos minutos después Barcelona no perdonó, ya que en la primera clara que tendría el conjunto español y que luego de recibir una pelota por alto y al espacio, David Villa rompió a tiempo el fuera de lugar, controló ya dentro del área y ante la salida de Luis Michel, simplemente recortó a su derecha para dejar fuera de la jugada al portero de Chivas y empujar para abrir el marcador.

Vinieron después una serie de aproximaciones para ambos conjuntos, que sólo lograron arrancar los gritos de emoción de un graderío casi a tope, pero que nunca dejó de asombrarse de los desbordes de Omar Arellano y de Marco Fabián, y que también vibraron con los regates de Xavi, el peligro que constantemente generó Villa y ni qué decir de el desequilibro de Carlos Carmona.

Una de las más claras del primer tiempo se dio a los 11 minutos, cuando Alberto Medina entró al área y su disparo lo rechazó José Pinto, inmediatamente después Omar Arellano tomó el rebote y a quemarropa poco pudo hacer para vencer al portero del Barcelona, quien nuevamente le robó a Chivas la posibilidad de igualar el marcador.

Y así continuaría la primera parte del partido, con constantes llegadas al arco que sólo quedaron en eso; Marco Fabián trató, pero entre Abidal y Pinto le impidieron hacer lo suyo. Alberto "Venado" Medina intentó prenderla de aire, pero sólo pudo estrellarla en la defensa. David Villa hizo de su presencia en el área rojiblanca una alarma tan constante como sus disparos, pero de la misma manera que el resto de las jugadas, sólo marginaron el grito de gol.

Por ello para el complemento, ya con tres modificaciones enviadas al campo por parte del Barcelona, Guadalajara mostró un rostro distinto, ese que demuestra que su futbol de desequilibrio y movilidad, correctamente aplicado, suele ofrecer los dividendos esperados, ya que de a poco, Guadalajara le ganó la posesión de la esférica al Barcelona.

Con ello, Chivas ganó en profundidad y toque, la confianza creció y se demostró en cada uno de los pases generados por los rojiblancos, además, con los ingresos de Jonny Magallón y Carlos Fierro, se fortaleció el medio campo y se refrescó el ataque con la juvenil presencia del Campeón del Mundo Sub 17.

Pero 15 minutos después de comenzado el segundo lapso, el potencial futbolístico de Chivas recibió su premio. Marco Fabian recibió la pelota fuera del área, acomodó el cuerpo y con un contundente disparo de derecha anidó el balón en el ángulo superior derecho de José Pinto, quien si minutos atrás fue el héroe del Barcelona, esta vez fue solo uno más de los 70 mil 080 espectadores que contuvieron la respiración al momento de dar cuenta de ese gol.

El marcador reflejó entonces paridad, pero fue sólo por unos minutos, porque a los 63' Guadalajara tendría el justo valor de su desempeño futbolístico, ahora generado por una excelente pared de Omar Arellano con Carlos Fierro, quien luego del desborde y del centro a segundo poste, le puso un balón a modo para que nuevamente Marco Fabián hiciera contacto con la esférica, de la misma manera vistoza y determinante que en la primera, pero esta vez de media tijera para marcar la diferencia en favor de Chivas.

Después de ese tanto que delimitaba el 2-1 ya nada fue igual, porque a Chivas, aún y con los cambios realizados al paso del complemento, le salió prácticamente todo; Michel bajó su cortina de forma tajante, la zaga defendió por nota, un medio campo sólido y generador de futbol hizo que los delanteros jóvenes, Casillas y Fierro, inquietaran de sobremanera la puerta del Barcelona.

Y vendría más de Chivas. Al 72' Jesús Sánchez efectuó un desborde que rozó la perfección, filtró la pelota justo al manchón penal para que con la precisión de un cirujano Giovanni Casillas cerrara la pinza y aunque en su primer intento por definir abanicó, la pelota le quedó justa para que en una segunda ocasión el canterano de Chivas marcara el tercer y desbordante tanto.

Como si se tratara de ponerle la cereza al pastel, en tiempo de reposición Giovani Casillas prendió un rebote desde fuera del área que llevaba tintes de irse hacia afuera, pero cerca del área chica y con la atención que requería, el también canterano José Luis Verduzco conectó para desviarle la trayectoria a la esférica y mandar al fondo de las redes para el 4-1 definitivo.

Noche de goles y buen futbol en Miami, noche de mostrar que la determinación puede con todo. Noche de gritar a los cuatro vientos que Chivas, sí, Chivas venció al Barcelona FC, al campeón de la Liga de España y de Europa, al mejor equipo del mundo, con un equipo plagado de jóvenes y complementado con sólo lo justo de elementos de experiencia.