Martes 19 de abril de 2011

Sí, no había alguien en el Rebaño que no tuviera el nervio que se presenta humanamente ante lo desconocido, más aún cuando al pie de la puerta de ingreso al Centro de Readaptación Social de Puente Grande, el panorama de decenas de custodios y cientos de personas a la espera de ingresar a visitar a los internos, mostraba un ambiente poco común para un equipo de futbol.

Pero fue cuestión de instantes, tan sólo unos segundos de caminar unos cuantos pasos para ingresar al Reclusorio, ubicado en las afueras de la Perla Tapatía, y dar cuenta que lo que se dice del Penal de Puente Grande y de las referencias televisivas que se tienen con respecto a otros centros penitenciarios, como un territorio hostil y peligroso, son cosas del pasado.

"Muy buenos días, bienvenidos, gracias por venir a visitarnos", es el recibimiento de parte de los reclusos en los pasillos que conducen al área central del Penal, ahí donde se alojan dos canchas de pasto y una más de beisbol, perfectamente delimitadas, cuidadas y caracterizadas por la pulcritud que las rejas matizadas de verde asoman.

Es ahí donde Chivas vive su primer cambio de impresión, porque al margen de la valla que los reclusos formaron en su paso al campo, más los gritos de aliento que el resto de los habitantes de esta prisión les brindaron desde la zona de dormitorios, generó un entorno de confianza, de civilidad, de calidez y respeto, esa que no se escucha en las pláticas referentes a estos centros.

Por eso Chivas respondió con su trabajo, con una práctica intensa y vistosa para la afición al Rebaño y al futbol que habitan ahí en el CERESO de Puente Grande, misma que les dio un respiro a la cotidianidad con la que comúnmente viven en dicho centro, y que además les trajo la satisfacción de verse tomados en cuenta por uno de los iconos deportivos más importantes en México y más allá de sus fronteras.

Más aún cuando el Rebaño finalizó su entrenamiento, pues fue al centro del campo y levantó los brazos para aplaudir a los reclusos que los acompañaron en toda la práctica, aún con el incandescente sol que cayó a plomo, pero que no fue impedimento para que prácticamente toda la comunidad de internos pudieran ver de cerca al Rebaño y a sus figuras.

Pero sin duda, el momento cúspide que toda la población agradeció, fue cuando Chivas mostró que la cercanía con la afición es palpable, es destacada, es real, porque ordenados en una sola fila, con esposa, novia, hijos y familiares, los reclusos que ese día fueron visitados por sus seres queridos tuvieron la oportunidad de acercarse a una firma de autógrafos dentro del campo, en el que la totalidad del plantel les brindó sus rúbricas, además de una camiseta de regalo para que tuvieran el recuerdo de dicha visita.

Pero no sólo ellos gozaron con la cercanía de Chivas, ya que encabezados por el Presidente del Consejo de Administración del Grupo Omnilife - Chivas Jorge Vergara, los elementos del Guadalajara se acercaron a la alambrada que delimita las canchas, y con playeras de juego en mano, brindaron cerca de medio millar de camisetas oficiales de juego a todos los internos.

Y cuando las playeras se agotaron, tocó el turno de regalar lo que se tuviera a la mano, pues las peticiones de un recuerdo por parte de los elementos rojiblancos se vinieron como en cascada, por ello, jugadores como Michel Vázquez, Édgar Mejía, Alberto Medina, Erick Torres, Ulises Dávila, Omar Arellano y Marco Fabián entre otros, no dudaron en despojarse de su indumentaria de entrenamiento para dejarla como presente hacia los reclusos.

Ni que decir de Patricio Araujo, quien aunque al principio lo pensó, fue cuestión de un par de insistentes peticiones de parte de los internos para después sentarse en el suelo, despojarse de sus zapatos de futbol, amarrarlos y lanzarlos por todo lo alto hacia los reclusos, en espera de que el ganador de los mismos les diera el mismo provecho que él les da a sus instrumentos de trabajo.

Además de los regalos, de la cercanía de jugadores y hasta de Jorge Vergara y Angélica Fuentes, quienes también brindaron el tiempo para obsequiar presentes de Chivas, la visita de Chivas no pudo cerrar de la mejor forma que con la cascarita obligada, organizada por el Cuerpo Técnico y Staff de Chivas, reforzada con el piloto tapatío Antonio Pérez y quienes enfrentaron a la selección del Cereso Puente Grande, quienes aún y cuando se impusieron por holgado marcador, el mejor resultado fue observar la sana convivencia que Chivas ofreció a los internos y la cual, en un futuro, dejó la promesa de que habrá segunda parte.