1 ¿Quién dice ‘presente’? Lun Feb 21, 2011 3:04 pm
☆ELY CARTER☆
Leyenda
Lunes 21 de febrero de 2011
La vida se conforma de eventos memorables, y si tenemos suerte, seremos testigos de algunos de ellos.
Estoy seguro de que quienes estuvieron en el Estadio Jalisco la noche en que Chivas le metió cuatro goles al Boca Juniors en la Copa Libertadores, jamás olvidarán ese momento; les puedo asegurar que dicen, cada vez que pueden, “yo estuve ahí”.
Jorge Vergara tiene razón, la gente no puede exigir nada si no apoya, pero el apoyo no sólo debe darse llamándose ‘Chiva de corazón’, nada más porque tiene por ahí una camiseta rojiblanca arrumbada en su clóset.
Se es aficionado del Rebaño Sagrado de tiempo completo o mejor se debe aceptar la condición de ‘Villamelón’. ¿Cómo es posible que el equipo con mayor tradición y más querido de México no tenga el estadio lleno?, ¿será que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde? Pregúntenle a todos mis paisanos en Estados Unidos, que abarrotan las gradas cada vez que Chivas visita sus ciudades.
A la afición de Guadalajara le queda muy cerca el nuevo estadio, se las han puesto muy fácil durante décadas y no tienen que hacer ningún esfuerzo para ver al Rebaño; no tienen que cruzar la frontera y arriesgar la vida, ni pagar en dólares. Ahí lo tienen, en su ciudad, y ni así van.
¿ Excusas?, miles. Que si el equipo no se reforzó, que si la vialidad para llegar al Omnilife es complicada, que si el boleto es caro. En serio, eso es todo, ¿qué diría la afición de Tigres a estas excusas? Y que dirá el resto de la afición del país que tiene que esperar un par de veces al año para poderlos ver en vivo.
Para ser parte de la leyenda, Jorge Vergara arriesgó en una jugada dificilísima construyendo un nuevo estadio. Una sede sólo para el Guadalajara. Todos celebramos la idea, pero no hemos respondido al llamado. Nadie que no apoye tiene derecho a levantar la mano cuando se pase lista. Sólo quienes no se achican ante los inconvenientes podrán decir “presente”.
El sábado en el Omnilife se vivió uno de esos juegos que serán recordados por mucho tiempo, pero sólo unos cuantos podrán presumir de haber estado ahí. El resto que no quiso meterse al tráfico, de todos modos seguro se atoró en otra parte; la gente que no quiso gastar en un boleto, seguro se habrá gastado ese dinero en alguna otra cosa que olvidará pronto; quien no le tiene fe a este grupo del Güero Real, habrá privado a sus hijos de un regalo inolvidable.
El Rebaño Sagrado dejó muestra una vez más de su condición de grande entre los grandes y sólo necesitó de unas cuantas gargantas potentes para levantar el corazón y sonreír de nuevo. A ver cuántas alegrías se pierden los demás. Salud.